Siempre he pensado en la magia que tiene una madre para sus hijos, como sin importar lo que este sucediendo alrededor puede crear un mundo maravilloso.
Recuerdo una vez yo tenia como 9 años mi mama tenía que ir a recoger su credencial de elector y no tenía dinero para el transporte, me pregunto si la quería acompañar y le dije que si “ya sabes siempre quieres estar con tu mama”. Nos fuimos caminando a la delegación aproximadamente una hora de camino. Llegamos recogimos la credencial y de regreso le dije a mi mama que tenia hambre solo pude ver su cara se quedó un momento en silencio y sus ojos se llenaron de lágrimas, solo un momento levanto la cara y me dijo ahorita mi amor, ahorita. Llegamos a la tienda y compro un kilo de tortillas y seguimos caminando de regreso a casa, mientras caminábamos me hacia taquitos con las tortillas y me decía “mmm imagina que es un taquito de pollito, mmm, imagina que son frijolitos, arroz, etc”, casi nos terminamos todo el kilo de tortilla.
Ahora recuerdo y solo puedo agradecer a mi mama por que esa mañana donde sentía hambre y cansancio por caminar tanto, me hizo una mañana divertida y llena de amor. Gracia a ella aprendí que cuando no se tiene lo que uno quiere se puede transformar lo que si hay en algo positivo y adaptarlo para disfrutarlo.
Por más difícil que parezca la vida no te rindas, siempre habrá un taquito de pollo esperando en la tiendita.
Recuerda que no estás solo y rendirse no es opción ¡
Escrito by: Graciela Hernandez Psicóloga