Las parejas que dedican más tiempo a darse afecto después del coito y a expresar el amor por su pareja son más felices y están sexualmente más satisfechos.
Cuando una está buscando ese hombre con quien pasar la vida, ese ser hecho a nuestra medida, importa principalmente lo que nos haga sentir. Eso especial que descubrimos en él que nos enloquece, que nos cautiva, nos enamora, y que hace que aflore en nosotras ese deseo y esa necesidad de estar a su lado por y para siempre.
Aquel cuyo perfume nos revoluciona las hormonas, cuyos besos nos suben la temperatura de solo recordarlos, que sabe donde y cuando tocarnos, cuyas palabras nos generan mil fantasías. Si, una verdadera locura física, tanto que al verlo no podemos controlar nuestro cuerpo ni mente. Con el podemos vivir los momentos más candentes de nuestros días. ¿La previa?, ¡sin comentarios! ¿Y el momento propiamente tal?, una verdadera experiencia religiosa.
Como la bella, enamorada de una verdadera bestia. ¡Imagínate lo que debe haber sido ese hombre! Apasionado, de esos que te besan y te dejan sin aliento, que te aprietan fuerte como la bestia que son pero que finalmente tienen un corazón maravilloso.
Pero finalmente quédate con ese hombre que después de hacer el amor (de manera pasional, porque bueno no alcanza), te diga te amo y quiera dormir a tu lado abrazados. Aunque suene cursi, eso es lo que en definitiva a las mujeres nos encanta.
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RENDIRSE NO ES UNA OPCIÓN 