Tenemos dos lados diferenciados en nuestra personalidad, el Niño y el Adulto. Cuando están bien conectados todo funciona bien, si no es así porque las experiencias, las heridas han hecho que se desconecten una de la otra, se crean conflictos, vacíos etc.
Inclusive podemos pensar que no podemos actuar como un niño, ya que estos son alborotadores, inquietos etc. Y así al igual que lo valoraron de niño, puede que lo valoremos nosotros ahora, sin justicia para ese niño que todos llevamos dentro.
Nuestro niño tiene unas emociones completas, intensas, de alegría, de felicidad, de tristeza.
Hoy escuchemos a nuestro niño interior !