Dependencia Emocional

Dependo en ti para que me confirmes lo que creo, me des lo que quiero y me des seguridad en la ilusión donde siento me siento inseguro. Tu, fuente de mi dependencia, dame algo que Yo soy incapaz de ver, pensar, creer o hacer. Tú, en quien dependo, eres responsable por mis pensamientos, bienestar, salud, sueños, deseos, necesidades y caprichos.

La dependencia es una relación enfermiza basada en un «impotente» que responsabiliza a otros, por su impotencia. El dependiente deposita su fe en otra persona y los culpa cuando las cosas no salen de acuerdo a sus expectativas.

En nuestra sociedad la dependencia, manifestada en víctimismo, es muy común. Decimos, «Tu me haces sentir mal». «Es tu culpa que todo salió mal». «Si no fuera por ti Yo fuera feliz». «Me lastimaste».

En nuestra sociedad culpar, una manifestación de la dependencia, es considerada «normal». Culpamos al gobierno por nuestra miseria, a nuestra pareja por «no hacernos felices», a nuestros hijos por irresponsables, nuestros jefes por inconsiderados, amistades por no escucharnos, la comida por engordarme y todo lo que nos parece desagradable siempre tiene un protagonista a quien podemos culpar. La víctima siempre siente poseer el derecho de culpar a alguien por su pena, tragedia y drama.

El estado de dependencia es el infierno. Es mas, hasta al diablo culpamos por «hacernos caer en tentación». Ponemos las responsabilidades sobre la serpiente y no en las manos de Eva por haber comido la manzana y como consecuencia salir del paraíso.

Es imposible avanzar conscientemente en el estado de dependencia. El dependiente niega el poder inherente, poder que fue deposita en si por la Gracia de Dios y como consecuencia de ser creación del Todopoderoso.

El dependiente evade su responsabilidad, niega su poder, culpa a su alrededor y se siente bien o mal de acuerdo a lo que pasa en su medioambiente.

La víctima necesita un Salvador. Es por eso que nos visito nuestro señor Jesucristo. Vino a enseñarnos, es mas, a demostrarnos que el poder del Todopoderoso esta en nosotros. Jesucristo dijo, «Todo lo que puedo hacer Yo lo puedes hacer tu y mas». También nos dijo, «El reino de Dios esta en ti». El Salvador vino a demostrarnos que esta en nosotros elegir la salvación.

Como nos salvamos?  «Abandónate y sígueme,» nos enseño. «El que no esta listo para dejar todo y seguirme no esta listo para El Señor». En otras palabras, mientras deposites tu fe en lo material jamás reconocerás lo eterno. Mientras creas en la ilusión, que existe solo en tu cabeza y por definición no es real, jamás serás afín a la Realidad. O crees en la ilusión que haz creado, el infierno, o abandonas esa ilusión y te entregas a Dios, la Realidad el paraíso. «La verdad te hará libre».

Jamás culpes a nadie ni a nada por nada. Jamás te quejes de nada. Todo lo que ves, piensas, haces y observas en tu vida es consecuencia del nivel de consciencia en el que te encuentras. Jamás nadie te ha ofendido. Te sientes ofendida, lastimada, abandonada y menospreciada ya que eso sientes tú en tu ilusión. El deprecio, al igual que el abandono, son emociones que existen solo en la mente de una perdón que cree no valer. Te desprecias y luego ves desprecio.

Acepta tu responsabilidad y poder. Dios vive en ti, te creo y te sostiene. El te ama y adora. Ya que dejes de creer en tu ilusión, ilusión que solo te conduce a la miseria, te entregaras a los brazos del Padre, Padre que te creo y ama incondicionalmente y eternamente.

El progreso, avance y la evolución consciente es de la dependencia, a la independencia y finalmente la interdependencia. En la oscuridad e inmadurez nos sentimos víctimas dependientes, maduramos un poco y nos hacemos responsables por nuestra vida y finalmente, nos volvemos seres avanzados al llegar a la realización que somos uno y somos Uno en El, nuestro creador y esencia!

Descansa sabiendo que eres intocable, invulnerable, eterna, pura y Divina. Eres una creación y extensión de Perfección. Eres creada en Su imagen y semejanza. Eres Luz!