¿Cómo manejar la preocupación?
Ante todo, es necesario aprender a distinguir entre preocupaciones reales y no reales.
Preocupación real es la causada por un problema real y que, por eso, permite hacer algo para buscar una solución o para mejorar la situación. Por ejemplo, si una persona tiene un problema económico, tendrá que pensar en una solución: ahorrar de algunos gastos, vender algo o pedir un préstamo. Un problema real no se puede ignorar porque no se soluciona por sí solo. Ante preocupaciones reales, siempre hay que actuar.
Preocupación no real es la causada por un problema imaginario, no real. Por ejemplo, una persona sigue pensando que tiene una enfermedad cardiaca debido al dolor en el pecho después de que le ha examinado el médico o la médica y le ha explicado que la sintomatología es debida a la ansiedad.
¿Qué hacer con las preocupaciones no reales?
* Cuando empiece a preocuparse intente reemplazar el pensamiento por una idea más racional. Por ejemplo, si está pensando «voy a tener un ataque cardíaco», dígase la verdad: «esta sensación se debe a ansiedad y no a un problema físico». Ponga empeño en no exagerar («todo me sale mal») y sea más realista («el que se me estropee el coche no significa que todo me salga mal»).
* Si la preocupación persiste, distráigase. Fíjese en lo que está pasando a su alrededor. Realice alguna actividad mental o física. La actividad mental, como hacer un crucigrama, y la actividad física, como ir a dar un paseo, le permitirán distraerse y, por tanto, dejar de preocuparse.
* Pregúntese qué probabilidad real hay de que ocurra lo que tanto le preocupa. Se sorprenderá a menudo pensando, sin razón, siempre lo peor.
* Intente no hablar mucho de esas preocupaciones descabelladas, ya que hablar de ello hace que sigan presentes en su mente.
¿Cómo afrontar las situaciones difíciles?
La persona que está ansiosa deja muchas veces que los problemas continúen, en lugar de intentar solucionarlos. Para que no le ocurra eso, hágase un plan para afrontar las situaciones difíciles que está tratando de evitar:
* Dése cuenta de qué situaciones le crean ansiedad. Son seguramente situaciones que trata de esquivar habitualmente. Pero, para superar su ansiedad, deberá dejar de evitarlas y hacerlas frente.
* Concrete qué quiere cambiar. Por ejemplo, ¿está evitando salir a la calle o estar con gente? Estas serán entonces las actividades a modificar. Haga una lista de estas situaciones.
* Comience por algo fácil. Empiece por alguna situación que le cause alguna ansiedad pero que se vea capaz de afrontar. Hay que ir avanzando poco a poco.
* Practique diariamente y de forma regular y prolongada. Haga frente a esas situaciones difíciles por lo menos una vez al día hasta que la ansiedad desaparezca. Cuanto más practique más rápido será el progreso.
* Pida ayuda a familiares y personas amigas. Su ayuda es muy importante. Además, al principio, quizás necesite que le acompañen para hacer frente a las actividades difíciles.
* Compruebe qué tal lo está haciendo. Utilice un diario de actividades para que sea consciente de lo que hace.
* Muévase y respire despacio. Utilice los ejercicios de relajación que ha aprendido.
* Haga progresos gradualmente. Cuando se sienta mejor en las primeras situaciones a que ha hecho frente, elija otras un poco más difíciles.
* Sea perseverante. En ocasiones tendrá la tentación de olvidar algo que había planificado cuando se siente con ansiedad. No se dé excusas. Es vital hacer frente a las dificultades en cualquier estado en que se encuentre.
Qué hacer si no funciona
* Si no avanza y no llega a cumplir el objetivo, busque algunos pasos intermedios.
* Pida más ayuda a otras personas para hacer las cosas que le parezcan difíciles.
* Dedique más tiempo a relajarse y a hacer cosas agradables.
* Prémiese con algo que le apetezca cuando haya hecho algún progreso.
* Cambie su modo de sentir. Cuando haga cosas difíciles se encontrará con ansiedad al principio. Únicamente afrontando las situaciones una y otra vez empezará a sentirse mejor.
¿Cómo afrontar las sensaciones de pánico?
El pánico es definido como ansiedad aguda o severa que puede suceder en ocasiones en forma de crisis, que pueden ser muy desagradables, pero que no son perjudiciales y remiten siempre.
Aprenda a manejar estas crisis:
* Recuerde que el pánico no puede producir daño físico. Se trata simplemente de sensaciones corporales desagradables, pero no peligrosas. Mantenga la tranquilidad, no sucederá nada peor.
* Permanezca donde está. No huya del sitio donde se encuentre. La huida empeora las cosas. Quédese donde está y, si es posible, siéntese. Espere y déle tiempo al miedo para que se pase. No luche contra él ni huya. Simplemente, acéptelo.
* Respire más despacio y profundamente. Esta es una buena ocasión para practicar el manejo de la ansiedad.
* Distráigase. Intente evadirse de los sentimientos de pánico. No aumente el pánico con pensamientos atemorizadores sobre lo que está sucediendo y lo que podría pasar.
* Dígase que, aunque sea un mal momento, puede aguantarlo. Piense de la forma más positiva posible.
¿Cómo es la recuperación de un trastorno de ansiedad?
Es importante saber que la recuperación de un trastorno de ansiedad no es inmediata y la mayoría de las personas tiene altibajos en su recuperación.
Los retrocesos son parte normal de cualquier aprendizaje. El hecho de tener días o momentos peores en su evolución no debe desanimarle, forma parte de su proceso hacia la recuperación. Si, después de empezar a encontrarse mejor, tiene algún episodio de ansiedad, no tema volver a estar como al principio. Lo habitual tras sufrir un trastorno de ansiedad es que los síntomas no desaparezcan todos a la vez, sino que poco a poco sean menos fuertes y se vayan espaciando hasta desaparecer.